31 ene 2010

El asombroso viaje de Pomponio Flato


...En esta ocasión, la casa adonde nos dirigimos, aun cuando obviamente había sido decorada para agradar a los hombres, revelaba unas inclinaciones femeninas que infundían tranquilidad y solaz al visitante. Pregunto a Jesús si sabe quién vive allí y responde que no. Ha visto la casa en varias ocasiones, cuando sus correrías infantiles le han llevado por aquel rumbo, pero nunca le ha prestado atención ni sabe nada acerca de sus habitantes. Le pregunto si hay más casas como aquella en Nazaret y responde que no lo sabe. Intrigado por mi pregunta, quiere saber la razón de mi curiosidad y le explico que, a juzgar por los indicios, aquélla debe ser una casa de putas, o de una sola puta, dado lo exiguo del inmueble. Jesús me pregunta qué cosa es una puta y se lo cuento de modo somero, pues nunca he creído conveniente ocultar a los niños unos conocimientos que acabarán obteniendo de boca de los esclavos, los mercaderes, la soldadesca y otras gentes rudas, o por experiencia propia, en cuyo caso es mejor que conozcan las tarifas vigentes.


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