Karl Marx, Friedrich Engels
La proclama del partido comunista, publicada en 1848 por encargo de la Liga de los Comunistas, incluye en su primer capítulo, Burgueses y Proletarios, una reflexión premonitoria que vale la pena leer por su similitud a la calamitosa situación de la sociedad (aún burguesa) actual.
"Hemos visto, pues: los medios de producción y de comunicación sobre cuya base se formó la burguesía fueron creados en la sociedad feudal. Alcanzando cierto nivel de desarrollo de estos medios de producción y de comunicación, las relaciones conforme a las cuales producía e intercambiaba la sociedad feudal, la organización feudal de la agricultura y la manufactura, en una palabra, las relaciones de propiedad feudales, dejaron de corresponder a las fuerzas productivas ya desarrolladas. Estas relaciones de propiedad frenaban la producción, en lugar de favorecerla. Se convirtieron en otras tantas trabas. Hubo que romperlas, y las rompieron.
En su lugar, apareció la libre concurrencia, con la constitución social y política adecuada a ella, con la dominación económica y política de la clase burguesa.
Ante nuestros ojos se produce un movimiento parecido. Los medios de producción y comunicación, las relaciones de propiedad burguesas, la moderna sociedad burguesa, que tan espectaculares medios de producción y comunicación se ha sacado del sombrero, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias subterráneas que él mismo ha conjurado. Desde hace decenios, no es la historia de la industria y del comercio otra cosa que la historia de la rebelión de las modernas fuerzas productivas frente a las modernas relaciones de producción, frente a las relaciones de propiedad, que son las condiciones de vida de la burguesía y de su dominio. Basta mencionar las crisis comerciales, que en su periódica reaparición, cada vez más amenazante, cuestionan la existencia de la sociedad burguesa. En las crisis comerciales no sólo se destruye regularmente gran parte de lo producido, sino gran parte de las fuerzas productivas ya creadas. En las crisis se desata una epidemia social que en todas las épocas anteriores hubiera parecido como algo absurdo, la epidemia de la sobreproducción. La sociedad se halla de pronto retrotraída a un estado de momentánea barbarie; el hambre, la devastadora guerra general, parecen haberla privado de todas las provisiones; la industria, el comercio, parecen estar destruidos, y ¿por qué? Porque posee demasiada civilización, demasiadas provisiones, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas que tiene a su disposición no sirven ya para fomentar las relaciones de propiedad burguesas. Al contrario, se han vuelto demasiado poderosas para esas relaciones, que las frenan ahora; y tan pronto como superan ese freno, provocan el desorden en toda la sociedad burguesa, ponen en peligro la existencia de la propiedad burguesa. Las relaciones burguesas se han vuelto demasiado estrechas para abarcar la riqueza que han creado. ¿Cómo supera la crisis la burguesía? Por un lado, mediante la forzada destrucción de una masa de fuerzas productivas; por otro, conquistando nuevos mercados y explotando más a fondo los viejos. ¿De qué manera entonces? Preparando crisis mas universales y violentas y dosminuyendo los medios de prevenirlas.
Lar armas con las que la burguesía derribó el feudalismo se dirigen ahora contra la burguesía misma.
Pero la burguesía no solo ha forjado las armas que van a darle muerte; ha creado también a los hombres que van a manejarlas, los obreros modernos, los proletarios".
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